124. Campanillas
Cada
día a las ocho salen al balcón y aporrean. Unos las manos que
resuenan indoloras, otro una campanilla festiva, otro un tamborcillo
rumboso. En ocasiones desde un balcón con terraza, se suma un hombre
con música y altavoz (Manolo Escobar, el Himno a Burgos). Hablan entre ellos alegres, dicharacheros,
otros
en silencio sonriente, todos celebrando.
Cuando me he asomado a mi ventana, miradas me invitaban a abrir la
ventana y sumarme, pero en cada ocasión he declinado. En este barrio
pequeño donde escribo no hay disidentes de cacerolas. Sólo
ayer, salí de casa a esa hora y remontando la ladera del pinar pude
ver que son más de los que parecían, el barrio entero un clamor.
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