125. Berio
No
creo que la reproducción técnica del arte, al quitar el aura a la
obra de arte, antaño
única, reservada a los pudientes, si
he entendido bien a Benjamin, estimule la conciencia revolucionaria
del oyente o del espectador. Sino que es la conservación del aura de
la obra, por
otros medios,
lo que al
ensanchar
la conciencia y
ampliar la percepción lo
libera y ayuda a cobrar autonomía. (Al contrario, me parece que el
gran desarrollo de los medios técnicos, en general, es lo que domestica al
hombre).
Lo
pienso mientras camino por los senderos que solía este invierno
oyendo a Beethoven, ahora atestados de gente y llenos de luz. Esta
vez escucho el Concierto para 8 voces y
orquesta de
Berio por vez primera. Y es precisamente su aura, el saber que voy a
escuchar algo por vez primera, y que soy un oyente único, pues lo
escucho sólo, con los cascos puestos, y sabiendo que en la sala de
Berlín
suena la orquesta con
Simon Rattle sin
público, lo que me predispone y me alerta a
oír
sonidos nuevos para mí. Obtengo
un placer único que me hace saltar y bailar, ajeno al movimiento de
paseantes y corredores. Es el aura de la música lo que me hace tomar
conciencia de individuo único, autónomo y libre.
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