152. Pensamiento Vetusta Morla



                                                     A mi buena amiga I. A.

- Yo también quiero, maestro
- Qué quieres, Pablito
- Aprender a utilizar el método ‘buenista’
- ¿‘Buenista’?, no, ‘buenista’ no. Así es como nos malquieren nuestros enemigos
- ¿Odio, entonces?, ¿el método del odio?
- Odio, que vulgaridad, Pablito, eso es para los tontos y los malos que nos odian, como VOX. Lo nuestro es ciencia.
- Ciencia
- Nosotros le decimos dialéctica, pensamiento dialéctico
- Ah, ahora caigo, la dialéctica de los puños y las pistolas
- No, Pablito, esa dialéctica no es la nuestra
- Ah, ya sé, la ciencia del materialismo dialéctico
- Dejémoslo en método binario de comprensión del mundo, que es más moderno y fácil de entender
- Y en qué consiste
- Muy fácil. Haces dos columnas. En una luce un sol radiante y un cielo azul
- El Bien, sin mancha de mal alguno
- Esa frase tampoco es nuestra, pero sí, puede valer, y en la otra
- El Mal, el mal siempre tormentoso, como el chaparrón que me ha caído esta mañana cuando iba en bici por el río Urbel
- Más o menos. Venga, vamos a hacer la primera columna
- En la columna del Bien ponemos a los humildes, a los desarrapados, a los que trabajan, a los sanitarios
- Los oprimidos, las víctimas del sistema capitalista
- y los muertos, ¿ponemos a la muertos?
- Sí, ahora ya podemos poner a los muertos
- 54297 esta mañana, según la contabilidad objetiva
- No, no, Pablito, eso no. La primera regla que debes aprender es esta: no nos importan los datos ni las cifras, nos importan las mentes, nuestro objetivo son las mentes, ¿entiendes? No menciones nunca más los datos. Nombra a los muertos pero sin cifras
- Vale ¿y a los profesores de universidad, maestro, ponemos a los profesores de universidad en la columna del Bien?
- Qué ocurrencia, Pedrito, ¿cómo se te ocurre?
- Pablo, maestro, Pablo
- Vale, Pablito. No sé si hay profesores de universidad humildes y buenos, puede que haya alguno inteligente, pero humildes y sabios, no sé, lo que sí hay es simples, muchos simples
- Los despedidos de la Nissan, los de Alcor, los hambrientos del mundo, los humildes de Vallecas y los del Pozo, el sufrimiento de la Tierra, los asesinados y violentados, las mujeres, ¿todas las mujeres, maestro?
- Casi todas son maltratadas. Veo que vas aprendiendo. Pero estás escribiendo a lápiz. Así se te emborronarán los nombres y no te quedarán fijos para siempre jamás
- Luego los paso a limpio, maestro. Y ahora la columna del mal, ¿qué pongo en la columna del mal?
- El sistema que causa el mal en el mundo, en primer lugar, luego los privilegiados, los asesinos del pueblo, los que los golpean, y no te olvides de las cacerolas. Y de los tontos útiles
- ¿Y cómo distinguimos a los tontos útiles?
- Un gran sabio ha dado la fórmula hace poco. Escucha: “Nunca he entendido por qué el pesimismo crítico y la negatividad desesperanzada gozan de tanto prestigio. Si no puedes ser muy profundo, intenta parecerlo siendo muy cenizo
- Lo comprendo. Déjeme a mí solo que haga la columna, maestro, por favor
- Vale Pablito. Vete al rincón y me la traes. Mientras, me pongo con lo último de Vetusta Morla.

Mientras, el profesor, derecho y ufano y pecho henchido como le corresponde por estar en el lado del bien, se dispone a escuchar la música del grupo madrileño, lee una entrevista con ellos donde dicen cosas sabrosonas: "Son mucho más relevantes las colas para coger comida en Aluche que la manifestación de equis personas dando cacerolazos". Qué magnífico ejemplo de pensamiento dialéctico.

- Maestro, ya tengo la lista. ‘Todo el Mal sin sombra de bien alguno’
- Esa sí es la frase, Pablito, aunque tampoco es nuestra
- Allá voy. El malvado sistema: el capitalismo, el mercado, el neoliberalismo, la derechona, el trifachito.
- Muy bien, Pablito, ahora concreta algo más
- Ya lo pillo. Los asesinos del pueblo y los golpistas: los etarras de Bildu y los golpistas de Esquerra
- Pablito, comprendo, aún nos falta profundizar en la lección de política práctica y condiciones de posibilidad, he de enseñarte sus sutilezas
- No me interrumpa. Los privilegiados
- Eso, nombra a los privilegiados
- Pero no me interrumpa, déjeme decirla de un tirón
- Hecho
- Los muy ricos: Amancio Ortega, la Botín, Rato y el Cocacolo, el Cocacolo también; los aprovechados: la marquesa de Toledo y Francisco Camps, el de los trajes; los tres de Enagas y su ‘renta mínima’ de 160.000: Montilla, Blanco y Cristóbal Gallego, más los 399.266 euros de la oficina de Montilla; los 22 ministerios y sus cargos a dedo que cuestan 75 millones; la ministra de Igualdad Irene Montero con sus 12 asistentes que cuestan 490.000 euros, su número 2, Noelia Vera, 100.602 euros, y su directora del gabinete, Amanda Meyer, 83.425 euros.
-...
- No, no me interrumpa. El líder laborista inglés, Starmer, que es de los nuestros, lo ha dejado claro: "El mensaje es que hay unas normas para ellos y otras para el resto". Y ahora lo contrario de los humildes: los cayetanos de Núñez de Balboa, los que viven en La Moraleja y los de Galapagar
- Pablito, ¿pero no vives tú ahí?
- No maestro, todavía no, pero viviré, sabe usted, en Vallecas huele algo mal, me gusta el aire de monte de Galapagar,
- Pablito, esas cosas no se dicen, tienes que aprender a usar el lenguaje correcto e inclusivo
- Y alternativo, ya sé, la verdad alternativa
- Eso tampoco es nuestro. Anda acaba
- Las cacerolas, me faltan las cacerolas: Dios, maestro, ponemos a Dios en la lista del mal
- ¿A Dios? ¿Cómo es eso?
- Acuérdese, “Entre los pucheros anda Dios”



Comentarios

Entradas populares de este blog

346. Experiencia y categorizaciones

149. EL filo de Wenlock (Cara B)

138. Cara B - Pozos profundos