12. Atreverse a pensar
Sé que debería estar escribiendo algo de provecho, algo sólido, enjundioso. Con una doble finalidad: olvidarme del día a día de los asuntos políticos, de la cháchara mediática. Cuando lo hago mi mente se libera: siento paz interior y dominio de mí mismo y mi mente es oceánica, se expande, piensa en grande. Y daría sentido a mi capacidad, me pondría a prueba. Otras veces lo he hecho. He producido textos grandes, algunos completos, otros no, aunque están perdidos y no tengo interés en recuperarlos. Casi siempre me alborota la comparación: otros lo hacen mejor que yo, para qué añadir más mierda al mundo.
Parece existir una regla, a mayor atención e inmersión en las disputas del día, mayor alejamiento, menor perspectiva de lo real, mayor vaciamiento de sí. Cualquier dilema se vuelve sencillo o idiota desde la distancia suficiente. Desactivar los patrones del pensamiento, esa es la cuestión, atreverse a pensar.
Comentarios
Publicar un comentario