177. N
Cuando recibes un mail o un mensaje inesperado en el chat te excita le espera por saber qué te van a contar. La expectativa es doble: ¿será tan interesante que tendré que prolongar la conversación? ¿Desatará una química cerebral que me intranquilice y desgobierne? ¿He de leerlo o lo borro sin leer? Así este que me envía N. Aunque la culpa es mía. Google me ha hecho recordar una foto común de octubre de 2011, cuando las cosas iban bien. Una foto acaramelada. Se la he enviado.
No era para tanto. Puedo respirar tranquilo.
Comentarios
Publicar un comentario