Boda

 

"Un soneto me manda hacer Violante

en mi vida me he visto en tal aprieto".


Es probablemente el comienzo más famoso, a excepción de 'En un lugar de la Mancha', en la historia del español, en este caso de Lope de Vega. O al menos lo era en la época en que yo estudiaba, cuando sabíamos distinguir entre cesura y hemistiquio en un verso.


Eso podría decir yo ahora. En que aprieto me han metido; qué decir que no sea algo trillado en esta hora.


Es cosa notable que los hijos asistan a la boda de sus padres. Hola Julen, hola Lucía. Forma parte de los nuevas prácticas que ponemos en marcha, de la libertad que nos estamos concediendo. Pensad cómo eran las cosas hasta hace no mucho: matrimonio gay, gays con hijos adoptados; bodas con los hijos propios delante, que es el caso, ¿quién lo iba a imaginar cuando yo nacía?


Ya puestos, ¿habría que preguntar a los hijos si consienten en el matrimonio de sus padres? Seguro que nos llevábamos muchas sorpresas.


Está bien reclamar derechos y ampliar libertades, pero quizá ha llegado la hora de responsabilizarse de ello. Vivir en común significa también ceder parte de nuestra soberanía en el contrato que firmamos con el resto de nuestros conciudadanos. 'Hay cosas que me gustaría hacer pero por respeto a vosotros no hago. Por ejemplo, 'saltarme el semáforo en rojo'.


En realidad, un matrimonio es un contrato en el que cada uno de los firmantes cede parte de su libertad. Lo hacen para vivir bien. Para crear las condiciones de una buena vida hay que ceder una parte de nuestra libertad: lo hacen los contrayentes porque creen que van a conseguir algo mejor a cambio.


Pensad en el cambio que supondría que la iglesia bautizara a los adultos y no a los niños. Serían conscientes de lo que significa. Igual hasta recuperaban fieles. A la gente no le gusta que le traten como a niños ¿O sí?


Por eso no me parece mal el nuevo estatus del matrimonio. Firmar en consciencia cuando ya se conoce lo que significa vivir juntos. Ahora, Isaka y Blanca aprueban que vivir juntos merece la pena. Y que cuidar de los hijos que están creciendo era lo más atractivo del contrato.


Otro de los comienzos famosos de la literatura es el de Ana karenina de Tolstói que dice así: "Todas las familias felices se parecen, las desgraciadas cada una lo es a su manera".


No estoy muy de acuerdo con Tolstói. Cada matrimonio, cada pareja ha de construir a su modo la empresa común. Momentos felices con fragilidad, difícultad y numerosas tormentas. Sería de ciegos negarlas.


Esta mañana una amiga me hacía ver, a propósito de la erupción volcánica de La Palma, que polvo somos, polvo de estrellas, como dejó dicho Carl Sagan. Le he pedido que añadiese “Más polvo enamorado” de Quevedo. Así quedaría un verso con pausa o cesura:

Polvo de estrellas somos // mas polvo enamorado

Esta es ocasión propicia par distinguir entre cesura y hemistiquio. Ejemplo de la primera podría ser:

Para que deis testimonio / os hemos convocado hoy

Y de hemistiquio:

Hoy os hemos convocado / para deciros adiós


Lo correcto, que estemos todos aquí, responde a lo primero, aunque se celebran fiestas felices para separar a dos personas que se habían jurado fidelidad eterna. La gran ventaja de que Isaka y Blanca hayan decidido formalizar su relación después de años de convivencia, es que los que firman ya saben de qué va la cosa, que si lo hacen lo hacen porque creen que ha merecido la pena, que merece la pena seguir juntos. Que están dispuestos a renovar el contrato cada día. ¿No es así?



Comentarios

Entradas populares de este blog

346. Experiencia y categorizaciones

149. EL filo de Wenlock (Cara B)

138. Cara B - Pozos profundos