Placeres públicos

 

Quién podría negar que dos cuerpos, estén en la altitud o la latitud que sea, puedan disfrutar de aquello que se propongan con sus propias reglas siempre que no infrinjan la mayor de todas las reglas: sé libre y deja vivir,


Quién podría negar incluso que puedan exhibirse, que exhibirse forme parte de un placer consentido,


No está tan claro sin embargo que puedan ofrecerse a la sociedad como modelo, si su forma de expresión siendo convencional es apoyada y fomentada con exclusión o burla o desprecio de las demás,


Lo que es difícil de aceptar es que una conducta particular se convierta en programa político con intención de imponerlo al resto de la sociedad sin que esa forma de ser y comportarse se discuta, se debata, antes de llegar a algún tipo de acuerdo



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