Sara

 

También dos Saras ha habido en mi vida. Una en Castefa, la otra en Valladolid. Aunque las dos me gustaban, la segunda vuelve una y otra vez a mi pensamiento. Las dos tienen hijos y desde entonces se interrumpió el contacto. Reconstruyo lo que pudo ser. Recuerdo los lugares en que nos vimos, allí donde yo iba a buscarla. Desde el primer día, un mar de lágrimas, cuando me contaba lo mal que la trataba su novio, una tarde, sentados en el sofá. Yo escuchaba sin apenas decir nada, ella hablaba y lloraba. Y el último, cuando salía del hospital y volvía a casa. También ese día me hablaba de maltrato, del médico al que ayudaba. También su novio estaba como fondo de conversación, sin apenas mencionarlo. Enfadada, llena de ira. Tampoco yo decía nada o muy poco. Yo acababa de cambiar de ciudad y ella volvía a casa. Había una afinidad por encima de las palabras, corporal. No nos hemos vuelto a ver.


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