39. Afrenta



Varios lugares se reclaman como paraje de la Afrenta de Corpes donde los Infantes de Carrión vejaron a sus esposas e hijas del Cid, desnudas, golpeadas y abandonadas, un episodio más legendario que real. Uno de esos lugares, poco verosímil, es el Paraje de las Viñas, junto al Monasterio de la Vid, por el que hoy paseo, pero me sirve para recordar los versos del poema.

Allí les quitan los mantos y los pellizones;
Déjanlas en cuerpo y en camisas y en ciclatones.
¡Espuelas tienen calzadas los malos traidores!
En mano prenden las cinchas resistentes y fuertes (...)

Con las cinchas corredizas, májanlas tan sin sabor;
Con las espuelas agudas, donde ellas han mal sabor,
Rompían las camisas y las carnes a ellas ambas a dos;
Limpia salía la sangre sobre los ciclatones.
Ya lo sienten ellas en los sus corazones (...)

Lleváronles los mantos y las pieles armiñas,
Mas déjanlas apenadas en briales y en camisas,
Y a las aves del monte y a las bestias de fiera guisa.
Por muertas las dejaron, sabed, que no por vivas.


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