49. Ruina



Lo que desde el exterior se ve como el brillo y fulgor de una vida. Un premio Nobel, un actor, un genio de las finanzas, supongo que también un futbolista pasados los años de glamour, si tenemos acceso al día a día de su vida, mediante diarios, cartas o confidencias, comprobamos la fragilidad, la inseguridad, el temor, la ruina que es cualquier vida humana. Nadie se salva. Los mayores logros son siempre provisionales y no responden a lo que uno esperaba. Ninguna obra humana es del todo excelsa o definitiva. La glorificación, la santidad, la elevación la produce la posteridad (en el presente los fanáticos y, si proviene del egotismo, algún tipo de desequilibrio psíquico).


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