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Pasan las horas, los días, y uno se acostumbra. Puedes vivir sin las personas que has querido o que quieres, puedes dejar de pensar en quien pensabas que la vida te unía con un irrompible lazo, que no eras o eres nadie sin ellas, que una trabazón teje el mismo tejido material. Pero no. El tiempo nos da un plazo, nos abisma y nos deshace. Somos criaturas temporales.
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