190. Recuerdo del 11-S


Recuerdo solo dos cosas de aquel día. Una chica pasó por casa antes de mediodía, histérica: unos amigos suyos habían huido de las torres, y me contó que cuando uno de ellos salió a la calle, de pronto le rociaron la cara con agua caliente. No sabía de dónde provenía el agua, y de repente volvió a notarla, le empapó la cara y el traje, hasta que casi instantáneamente comprendió que no era agua, sino la sangre de un cadáver que había caído en una farola cercana. No he conseguido olvidar este detalle desde que lo oí, ni las imágenes que le adjudiqué: aquel joven caminando ensangrentado hasta su piso del West Village y derrumbándose en el suelo de la ducha entre sollozos mientras se limpia la sangre. La otra cosa que recuerdo con claridad es caminar por el East Village esa noche en una especie de bruma, comprar comida tailandesa para llevar en la Segunda Avenida y ver a dos chicas borrachas en el bar de un restaurante, en pleno ataque de risa, un sonido que no he olvidado nunca, porque casi parecía un acto de desafío, un reproche, aunque no lo fuera, y sinceramente me alivió escucharlo. «Ahora vivimos en este mundo», insistía en susurrarme una voz mental mientras volvía a casa”.

                                    (Bret Easton Ellis en Blanco)



Comentarios

Entradas populares de este blog

346. Experiencia y categorizaciones

149. EL filo de Wenlock (Cara B)

138. Cara B - Pozos profundos