217. Emérito

Si alguien me pudiese proporcionar un papel donde renegar (como apostata un católico) de la nacionalidad de este país de tontos y cobardes se lo agradecería.

Y de paso cantaría, como espero que lo haya hecho Juan Carlos, con un buen corte de mangas:

Dulce España,
Patria de mi corazón,
Quien de ti se aleja
Qué suerte el muy cabrón


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