“ El vendaval doblega los arbolillos. Sopla muy fuerte, y pronto pasará. Hoy el romano y sus cuitas son cenizas bajo Uricon” . (Alfred Edward Housman) Habíamos quedado con Pilar. Mientras llegaba la hora Enrique y yo paseábamos. Era otoño, las hojas alfombraban el paseo. La tarde tranquila y fresca sacaba a la gente a pasear. Se acababan de encender las luces cuando vimos que llegaba dejando atrás la estación de tren. En la chaqueta y falda corta plateadas rebotaba la luz, El pelo cardado le hacía parecer una cantante americana de jazz. Tuve que inclinar la cabeza para no aplastarle el pelo. De su cuello me llegó una vaharada de un perfume indefinible que me llenó. Toda aquella tarde me quedó prendido en las narinas, como si hubiese sido atrapado en una red invisible. En el Poncebos nos esperaba Étienne . Hacía tiempo que no nos veíamos. Hablamos y hablamos. No recuerdo de qué. De montaña, quizá, porque era la afición común, quizá Etiènne nos hablase de sus trabaj...
Cómo dice Claudio Magris hoy, en un artículo en EM, "no podemos pretender ignorar que lo peor y lo trágico puede que no esté por detrás de nosotros, sino por delante". Y es la miseria de muchos y la tentación del autoritarismo. Ambas cosas se conjuran con la RBU. La condición, claro está, es que nos dispongamos a repartir. Unos tendremos que ganar menos para que otros puedan sobrevivir sin tener que agradecer. Que nadie perciba que es objeto de caridad y que alguien se la está ofreciendo. Como todas las ideas revolucionarias pocos ven su importancia y lo que significa la RBU . Adelanto que los partidos no lo querrán, ¿cómo tendrían control sobre hombres libres? Tampoco la gente, porque aún no ve lo que se avecina y piensa que, en todo caso, a él no le afectará. ¿Quién conoce la historia, incluso la de ayer? Si preguntásemos a la población si habría que evitar el dolor de los que lo van a pasar mal, el porcentaje a favor sería abrumador (aunque siempre habrá quien se...
He puesto la bici en automático y he dejado que me llevase. Me ha llevado por los márgenes del río hasta el fin, hasta donde ya no podía ir más allá. Mi cabeza daba vueltas a Pozos profundos , no había espacio para nada más. Más de una vez hemos dicho que ya no había novela, que este género se había acabado. Qué tontería. No hay espacio para las malas novelas (salvo en los aparadores de las grandes superficies), las malas novelas nunca se han tenido en cuenta. Hay novelas y relatos insustituibles, ninguna otra cosa puede explicar lo que ellos explican. Así Pozos profundos . Cómo explicar esa experiencia, la madre que ve cómo su hijo se pierde, el hijo probablemente no dueño de su voluntad, sujeto a algún tipo de determinación. Hay cosas que se pueden explicar en la familia, cosas que se le pueden decir al psicólogo, cosas en las que te puede ayudar el psiquiatra. Pero hay otras que no, que se quedan atrapadas en las sinapsis neuronales, porque no se comprenden o porque son dolorosa...
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