110. Memoria y trauma

 

La cortina endeble que separa nuestra imaginación y nuestra memoria". Elizabeth Loftus


Melody Gardot a consecuencia de un accidente sufre pérdida de memoria lejana y próxima. Cada jornada antes de levantarse tiene que reunir la máxima cantidad de recuerdos accesibles y útiles, no solo sobre lo que debe hacer en las horas siguientes y sobre lo que hizo el día anterior, sino sobre toda su historia y hasta su identidad. Emmanuel Carrère lo comenta en Yoga. (Esta es la versión de Gardot de "La chanson des vieux amants" de Jacques Brel, que encanta a EC).


El caso de Melody Gardot es extremo, ¿pero no es lo que todos hacemos cada mañana al despertar para recomponernos, para recuperar la identidad perdida durante el sueño? Neurólogos y psicólogos evolutivos están proponiendo la idea de que no existe una capacidad de memoria permanente y estable en los humanos.


Cada día hacemos un pacto con nosotros mismos para mantener la identidad que creemos tener y que presentamos ante los demás. Un pacto que sustentamos en creencias y suposiciones que arrastramos del día anterior y que modificamos levemente de un día para otro, lo suficiente para que lo que hoy somos se parezca poco a lo que fuimos hace un tiempo, sin embargo, para mantener la identidad hemos de hacer un acto de fe en la continuidad, inconscientes de cómo vamos rellenando los huecos, reelaborando la memoria o fantaseando sobre lo que no fuimos.


New Yorker publicaba hace poco un reportaje sobre la considerada como la mejor psicóloga del siglo XX. Elizabeth Loftus colaboró como perito psicológico en el caso contra Harvey Weistein.

"¿Puede un evento que no fue traumático en su momento ser considerado traumático más adelante?" Preguntó el abogado de Weinstein.

"Si etiqueta algo de una manera particular, puede distorsionar la memoria de ese elemento", dijo Loftus. "Puede plantar eventos completos en la mente de personas normales y saludables". Explicó que en un experimento, su estudio más famoso, había convencido a los adultos de que, cuando eran niños, se habían perdido en un centro comercial, llorando. “La emoción no es garantía de que se esté tratando con un recuerdo auténtico”.


Loftus pudo encontrar poca evidencia experimental para apoyar la idea de que los recuerdos del trauma, después de permanecer inactivos durante una década o más, podrían cobrar vida abruptamente, y le preocupaba que los terapeutas, a través de la hipnosis y otras técnicas sugerentes, estuvieran persuadiendo a los recuerdos para que aparecieran.


Loftus saltó a la fama en un momento en que la computadora se estaba convirtiendo en la metáfora dominante de la mente. Las fuerzas sociales y culturales fueron tratadas como variables que comprometían los procesos de la memoria, convirtiendo a las personas en narradores poco fiables de sus propias experiencias. "Esa es la parte aterradora: la idea verdaderamente espantosa de que lo que creemos saber, lo que creemos con todo nuestro corazón, no es necesariamente la verdad", escribió Loftus en Psychology Today, en 1996.


Comentarios

Entradas populares de este blog

346. Experiencia y categorizaciones

149. EL filo de Wenlock (Cara B)

138. Cara B - Pozos profundos