340. Olatz

 I

Tus labios fruncidos como fruta madura

La piel fresca los ojos lucientes y húmedos

Envidio tu juventud la codicio

Persigo en ti la frescura de ropa recién tendida

Tú hablar reciente apenas formado

Tú caminar ingrávido

Imploro la limosna de una mirada


(Este fue el primero)


II

Esa palabra nueva

Que conocí en el viaje

Dulce y severa

Como ciruela madura

Como latigazo

Que me atrae y retrae

Que temo y amo

Olatz


III

Qué suspense, esperar que me escribas, que me contestes. Pienso, la habré herido, habré sobrepasado algún límite. Pienso en un jarrón valioso, de los que no se tocan o hay que hacerlo con mucho cuidado, como si este breve contacto que mantengo contigo pendiese de un hilo, que en cualquier momento se pudiese romper, y entonces yo perdiese algo irrecuperable, algo de valor imposible de calcular. Por eso estoy en vilo, a la espera. Por eso no me atrevo a escribirte. Eso ha hecho de ti una imagen etérea, en el viaje no te toqué ni una sola vez, aunque me moría de ganas, ni un apretón de manos, ni un ligero roce, ninguna despedida. Recuerdo como un momento único, en Dubrovnik, en la visita con guía. Estábamos en la Casa del Rector, en el claustro, hacíamos círculo alrededor de la guía. Había buscado tu mirada, aunque no la encontraba. En un momento determinado tú estabas junto a mí, apenas a medio metro de distancia. Ansiaba que nuestros brazos se tocasen. Pero estábamos tan cerca que yo sentía tu olor, el calor que desprendía tu cuerpo, en comunión contigo, o eso quería creer. Pensé que tú sentías lo mismo, aunque seguro que era una figuración mía. No nos tocábamos, pero las partículas que desprendían nuestros cuerpos sí. Fue intenso, físico y emocional.


IV

Viaje de vuelta Valencia Burgos

Tu Imagen ocupa todo el tiempo mi imaginación entera

Paro en un vallecito de la provincia de Soria

En el centro una finca alargada

Rastrojo de cereal

A uno y otro lado un bosque de enebros

Procuro desembarazarme de tu imagen

No soy más que pensamiento y pausa

Entre el agua y la cerveza entre tomate y jamón 

Hago un alto

Soy tuyo estás en mi

Me ocupas y zarandeas

Soy tu gustoso esclavo


V

Este es un día áspero como el papel de lijar

Un día que nadie compraría en el mercado

Nuestra vida alcanza cotas de entusiasmo

Momentos energéticos

De ascenso y precipitación

Del despeñadero sale un corazón herido

Que se va secando tendido en la arena

Como pescado al sol

En la planicie desértica uno se va recomponiendo

Trazando senderos caminos autopistas

Islotes en la vida regulada

Recordaremos de vez en cuando los grumos perdidos de placer e intensidad

Conocerte fue una cima

Ahora tras la caída procuro aliviar las heridas

Solo una nota tuya

El diminuto sonido de una notificación

Me salvaría hoy


VI

Manchurrones opacos

Nubes desleídas bajo un sol perezoso

Unas pocas avecillas navegan hacia el este

Donde el cielo se oscurece a la espera

Ahora que el año verdadero ha comenzado

La mañana está en calma

Ni una brizna la agita

Ya estoy solo otra vez

Desembarazado de los alfilerazos del amor

Torpe y ridículo me digo

Cuando la calentura ya ha pasado

Conectado a la luz de agosto

Un día y una breve noche

Hacia el sur asoma el frío azul de los meses que se acortan

Los últimos del año que se va rindiendo

(Este el último)



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