La ciudad me dicta la tarde

 

Las mañanas son parecidas, pero las tardes cada ciudad me las dicta de una manera. En la costa, ahora que el anochecer es tan rápido, me gusta ir a la biblioteca a leer, a veces en casa. Horas pegado a un libro, y lo que antes era subrayar ahora es dictar notas en el móvil. Aquí, en la fría ciudad norteña, ahora que he vuelto, me apetece salir a pasear con la música en los oídos. Dejo que la app me sorprenda con la música, desde lo último de Lana del Rey hasta un nocturno de Chopin. No me importa el orden. A veces una música me gusta tanto que busco el álbum al que pertenece, pero antes de que pueda escucharlo ya viene la siguiente oferta y es tan interesante que dejo el álbum. Después del paseo musical tecleo en el ordenador una nota o corrijo la que tenía preparada.

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